Reseña histórica
La Comunidad de Regantes Valle de Benejama cuenta con una larga trayectoria, y es que fue el rey Juan II de Aragón – padre de Fernando «El Católico»- quien promulgó la sentencia del 6 de junio del año 1459 que otorga derechos de riego con aguas del río Vinalopó a la zona que comprende la demarcación de las tierras de huerta del Valle de Benejama, Bañeres y Bocairente, aunque el uso y aprovechamiento se venía produciendo en precario desde tiempo inmemorial.
La Sentencia de 1459 demandada por los interesados vino a regularizar el aprovechamiento y a tratar de poner fin a las frecuentes disputas y litigios entre las villas, aunque según consta en Documento de Concordia de 1687, éstas aún tenían lugar tiempo después de aquella, si bien ya existía un marco normativo sobre el que poder dirimir.
Las aguas del río Vinalopó – en textos de la época nombrado como barranco de Vinalopó, entendemos que por la irregularidad de sus caudales- eran derivadas mediante un azud y a través de la acequia madre comunal a la caseta partidor donde se repartían entre las tres villas.
Tras su paso por éste, las aguas de Bañeres y Bocairente proseguían su camino por acequia y las del Valle de Benejama eran conducidas de nuevo al cauce del Vinalopó sirviendo de fuerza motriz a los numerosos molinos que por aquel entonces había río abajo, hasta que llegado al término de Benejama eran de nuevo derivadas mediante azud a la acequia madre de nuestra Comunidad.
Desde la acequia madre las aguas se conducían a la originaria balsa de riego y de ésta a través de una prodiga red de acequias, brazales e hijuelas, según el correspondiente tandeo, se dirigían al riego. Antaño, y con ese sistema de riego, el control del justo reparto de las aguas cobraba gran importancia y sobre la figura del guarda celador recaía gran responsabilidad. Como curiosidad señalar que en el acta de asamblea general de fecha 1 de junio de 1907 se deja constancia del acuerdo de adquisición, para los guardas celadores, de 3 carabinas Remington con 50 cartuchos con bala de dotación cada una.
Últimos años
Durante los últimos años la Comunidad comprometida con el buen uso y la obligada gestión sostenible del agua emprendió, junto con las administraciones públicas, un ambicioso plan de mejora y modernización, que condujo, tras su declaración como obras de interés general, a tener en 2006 modernizada y preparada para riego localizado la totalidad de nuestra superficie de riego y ejecutadas cinco balsas con una capacidad conjunta superior a los 825.000 m3.
Posteriormente, en junio de 2015, y tras varias asambleas tratando el tema, se aprobó en junta general la supresión definitiva del riego «a manta» o por inundación, quedando el riego localizado por goteo como única forma admitida a partir de ese momento.
En la actualidad
Hoy en día la Comunidad preserva gran parte de la tradición que le precede aunque adaptada a los requerimientos que los nuevos tiempos exigen, prueba de ello es que los azudes, la acequia madre comunal y el partidor de las aguas, entre otros, siguen en uso y en perfecto estado de conservación, aunque el riego se realiza a la demanda por goteo.